Uno de los mayores desafíos que hoy tiene la iglesia es hablarle a las distintas generaciones que coexisten en el ambiente eclesiástico.
Y si pensamos en una campaña de endomarketing y comunicación interna, diagramar capacitación vivencial y team building u organizar un evento para la iglesia, pasa lo mismo: tenemos que encontrar un lenguaje que transmita adecuadamente el mensaje de amor y salvación de Dios hacia todas las personas, y que al mismo tiempo no aburra a unos o resulte incomprensible para otros.
“Id y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19)
El primer paso para lograrlo es saber un poco más de nuestro público. Las tres últimas generaciones que se sumaron a las empresas tienen rasgos propios, que definen maneras muy distintas de encarar su trabajo y sus metas personales.
Ya conocemos a la Generación X, formada por los que nacieron entre 1965 y 1981, aproximadamente. Crecieron en un mundo cambiante y violento, conviviendo con las drogas y el SIDA. Vieron por TV la caída del Muro de Berlín, la guerra de las Malvinas, los despidos masivos de los ’80 … y a sus padres, idealistas, defraudados por la globalización. Quizá por eso son individualistas, descreen un poco de las empresas y de sus jefes.
En oposición a los Boomers, que “vivieron para trabajar”, los X “trabajan para vivir” (buscan el life balance). Trabajan “a resultados” y valoran a los jefes profesionales, que obtienen logros, y aborrecen las jerarquías y la burocracia. Prefieren la lógica y el análisis en lugar del poder y la autoridad. Se mueven bien con la tecnología, los celulares e Internet.
Últimamente se habla mucho de la Generación Y, compuesta por quienes nacieron entre 1982 y 2000. Son los jóvenes del milenio, de la globalización, la clonación, el cambio climático, la elección del primer presidente de raza negra de los Estados Unidos, el celular de pantalla táctil, las redes sociales, las videoconferencias, Gran Hermano, los MP3 y las playstation, los tattoos y los piercing. Viven gran parte de su tiempo on line,y aunque parecen aislados, están siempre interactuando a través de foros, mail, SMS, chat y blogs.
Antes de decidir consultan a gente que no conocen personalmente. Se manejan perfectamente con un lenguaje SMS que cambia las reglas de escritura. Les interesa la tecnología, la interactividad, la diversión extrema, la ecología y el delivery. Hoy toman muchas decisiones en la compañía y tienen cada vez mayor peso en los resultados de las estrategias de management. Valoran la velocidad y buscan el cambio, porque saben de una manera intuitiva que las cosas tienen que cambiar para sobrevivir.
Y, finalmente, asoma la Generación Z, formada a partir de 1992. Los mayores hoy tienen 19 o 20 años, y están empezando a sumarse a la vida corporativa.
Aunque todavía no tienen muy definidos sus hábitos e intereses, sin duda se manejan como peces en el agua con la tecnología. No entienden la vida sin computadoras personales, celulares, MP3 e Internet. Se comunican principalmente a través de dispositivos móviles, incluso desde chicos, y su vida social muchas veces pasa por Facebook y Twitter.
Tienen acceso a todos los medios de comunicación, pero la TV ya no les resulta tan importante porque pueden armarse una programación “a medida” a través de Internet … eludiendo las tandas comerciales que conocieron sus padres. Vivieron la crisis de las hipotecas sub-prime, la guerras en Iraq, la Gripe A, el tsunami en Japón, la televisión digital con todos sus canales, las Wii, la llegada del 3D, los e-books.
A su alrededor se habla de vientres alquilados y nuevos modelos de familias, terrorismo internacional y cambio climático. Es una generación con padres “progres”, acostumbrada a tener muchas actividades durante el día. Pero crecieron en un contexto que valora más el “tener” que el “ser”, y donde todo es instantáneo.
Pretenden llegar a la cima rápidamente, y cualquier cosa que no les produce satisfacción inmediata es aburrida, por lo que cambian de gustos y decisión constantemente.
Ya empiezan a integrarse al mundo laboral, de modo que a prepararse: para el 2020 será evidente cómo trasladan sus características al modo de trabajo y la cultura de cada empresa. Por lo pronto, parece que darán el mismo valor al trabajo que a la familia y los proyectos personales, potenciando el concepto de life balance.
Eco-sensibilizados
A las tres generaciones las une el compromiso por temas medioambientales, que van en aumento. Aunque se encuentren dispersas geográficamente comparten la misma inquietud por el tema, por lo que éste es uno de los puntos que más va a crecer en los próximos años.
Para lograr que los mensajes de marketing, las acciones de comunicación en vivo -como los eventos- y hasta la misma comunicación interna de las organizaciones sea bien entendida y recibida por la mayoría, es imprescindible:
Entender y concentrarnos en quién está del otro lado: qué queremos que sienta al recibir nuestro mensaje, cómo queremos que lo entienda, y qué respuesta esperamos de él.
Para llegar a las audiencias más amplias y mixtas, será preciso utilizar diversos modos y canales de comunicación. Y sobre todo, habrá que darles mecanismos para que puedan manejar, procesar, distribuir y compartir esa información, de forma que llegue más lejos con la menor distorsión posible.
Hay que estar preparados para recibir respuestas, comentarios y sugerencias, y poder actuar de forma rápida pero eficaz, aunque sea respondiendo que se tomará acción próximamente.
Es conveniente utilizar nuevos formatos publicitarios, como los advergames, el marketing viral, la publicidad digital, el marketing one to one, el mobile marketing o el buzzmarketing, pero sin abandonar por completo los modelos face to face.
Hay que analizar nuevas formas de exposición audiovisual, de participación, y de experimentación de cada mensaje que vayamos a dar.
En resumen: poder “escuchar”, entender sin juzgar, no resistirse al cambio y adaptar la táctica y la estrategia a los diferentes target etarios de la población, nos permitirá llegar con el mensaje de Amor y salvación de una manera más fácil y saludable a una generación que también necesita a Dios.
La Generación Z tiene mucho para enseñarnos a los X y a los Y, como así también mucho para aprender de nosotros.
Es como si les dijera: “Lo que hicimos y vivimos antes pudo haber sido muy bueno, o muy feo, pero es mucho mejor lo que viene”. ¿Entiendes? Esta es una palabra para ti: Lo que viviste y vivimos hasta aquí pudo haber sido muy bueno, o regular o muy malo y triste, pero ya pasó. Lo que viene es muchísimo mejor. Aunque no llegue a ser como nosotros lo esperamos, será mejor, será más excelente, si le permitimos a Dios que nos sorprenda.
Debemos aconsejarles, animarles, advertirles sobre las causas del pecado, enseñarles sobre el amor de Dios, entregarles todo lo que hemos recibido de Dios. Toda la enseñanza, todos los mandamientos, todas las prohibiciones, bendiciones y castigos que Dios nos ha revelado en la escritura bíblica. Los desafió a creer, a obedecer. Desafiarles a no llenar el corazón con ningún tipo de resentimiento, Motivarles a ser conquistadores de todo lo que Dios ha preparado para ellos, alentarles a no vivir y disfrutar todo lo nuevo que está por llegar y disfrutarlo bajo el temor de Dios.
Tomado de un artículo publicado por la Iglesia de niños Carita Feliz de Chile en Septiembre 2013